agosto 19, 2011 // Proyecto MARA
No existe un metal que sea plenamente inalterable.
Sin embargo, el cobre es uno de los más resistentes y por eso se lo emplea en diversos campos: desde utensilios para la atención médica hasta revestimientos interiores y exteriores, y desde cañerías y cables hasta teléfonos celulares.
Una degradación
La corrosión es una degradación que sufren los materiales a lo largo del tiempo. Las razones de esa degradación son múltiples y tienen que ver con la agresión que produce el medio ambiente: el aire, la humedad son solo dos de ellas.
La corrosión lleva aparejada la modificación del estado de la superficie del material y su apariencia.
Marcada resistencia
El cobre es marcadamente resistente a la corrosión y brinda esa resistencia a todas las aleaciones que cuentan con ese metal como elemento principal. Ello sucede, por ejemplo, con el bronce, una combinación de cobre y estaño.
Tanto el cobre como el oro se encuentran en estado nativo en la naturaleza. Es decir, en estado metálico puro no combinado.
De ahí deriva el dicho popular “El cobre es eterno”.
Numerosos usos
Por sus virtudes, el cobre es utilizado en arquitectura interior y exterior, en utensilios y equipos para uso médico, en la fabricación de teléfonos celulares y computadoras de oficina y portátiles, en cañerías, en cables y otros.
Fuente
. “El cobre y sus aleaciones en la arquitectura interior”, en